12 de enero de 2020

Segunda edición: Llevando hipócrita consuelo a los que tu propio dios tortura

Una de las más grandes y ofensivas paradojas de la religión es que los supuestos representantes de esos iracundos dioses, capaces de enviar las mayores desgracias a sus más que desgraciados acólitos, luego llevan esperanza a esos mismos pobres desesperados que han sido tocados por la terrible ira divina.


Y así el papa Francisco visita a unos pobre niños ciegos para consolarles del hecho que el dios católico (el único verdadero, que los demás sabemos que únicamente son invenciones de Satanás para confundir a los impíos)  en su infinita generosidad, benevolencia y poder les ha hecho nacer ciegos. ¡Qué triste y miserable paradoja!



Algo así como si alguno de los lugartenientes de Hitler hubiera visitado los campos de exterminio nazis repartiendo abrazos y besos en la frente a esos mismos niños judíos que Hitler, su líder omnímodo había decidido torturar hasta la muerte.

Pero esto es lo que ocurre cuando el poderoso virus de la fe infecta el cerebro de pobres ignorantes.

2 comentarios:

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    1. Me ha gustado mucho eso de

      en “razonamientos” paralelos; eso para lelos.

      Saludos

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