7 de enero de 2018

Una reflexión postnavideña



Ahora que ya han terminado las famosas fiestas navideñas, en donde un año más se celebra una de las supersticiones con más seguidores (aunque por supuesto no más disparatadas, puesto que todas y cada una de las religiones inventadas por algunos de los más desequilibrados miembros de esta especie que muchas veces no hace honor a su nombre es simplemente delirante) es quizás un buen momento para la reflexión.

Y nada como el siempre certero e incisivo Dr. Lawrence Krauss para poner en contexto la más que insignificante importancia de la especie humana que, lejos de ser el centro de una supuesta creación divina, no sólo no tiene ningún significado sino que en términos cósmicos es menos que la mota de polvo más pequeña dentro del desierto más grande de la Tierra. 



2 comentarios:

  1. Debo comentar que la navidad tiene poco de fiesta cristiana, dejando a un lado que actualmente es sin más una fiesta consumista, lo cierto es que esta fiesta se originó por la Saturnalia romana que fue suplantada por los cristianos y que posteriormente adoptó elementos del Yule nórdico como el árbol,el tronco o los villancicos(la letra no).
    Así pués es la fiesta que mejor aúna la cultura de la Europa occidental(Nórdicos, romanos y cristianos).

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