9 de mayo de 2012

Los individuos muy religiosos están menos motivados para la compasión que los menos religiosos


Siempre se ha sugerido que las personas religiosas son más proclives a la compasión y a ayudar al prójimo puesto que son mandamientos prioritarios de sus creencias. Y por tanto, esta inferencia indicaría que cuanto más religioso sea un individuo mayor debería ser su compasión. Pues bien, un estudio realizado en la Universidad norteamericana de Berkeley parece indicar lo contrario y desmontar este mito. Analizando las respuestas de 1300 norteamericanos adultos, los autores del estudio encontraron que las personas más fuertemente religiosas eran menos proclives a la compasión que las menos religiosas o las directamente no religiosas.
Este estudio refuerza mi idea personal de que los creyentes son en realidad personas muy egoístas únicamente interesadas en negociar ventajas con el supuesto más allá y que todas sus acciones están determinadas por ese intento infantil de agradar al ser superior, pero que en realidad no implica una verdadera y libre elección por el bien. Ello explicaría también porqué cuanto más fuerte es la creencia, más dispuestos están los individuos religiosos a cometer las mayores atrocidades en nombre de su dios particular. Sería un mecanismo similar al comportamiento de los individuos integrados en grandes asociaciones criminales de tipo mafioso. Obedecen las órdenes criminales porque sus superiores directos al igual que los sacerdotes, ulemas o rabinos les indican que eso es lo que quiere el gran capo, el cual sería el equivalente al dios inaccesible pero todopoderoso de cualquier religión.  

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