En una entrada
anterior ya denuncié la persecución bajo acusaciones de brujería a la que
están siendo sometidos niños y mujeres considerados “diferentes” en todo el
continente africano. Pues bien, este tipo de comportamientos alucinados también
ocurren en la civilizada Europa. Así una
pareja de congoleños han sido condenados en el Reino Unido por torturar y asesinar
a un familiar menor al que acusaron de brujería. Luego dirán que hay que respetar
las creencias porque enriquecen y nos hacen más humanos y mejores personas.
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