Aunque en EEUU la separación
entre la religión y el estado está escrita en la propia constitución del país,
la verdadera realidad es que el sistema político yanqui es uno de los más influenciados
por la religión de entre todos los países democráticos desarrollados. Una
muestra de ello ha sido un debate
recientemente realizado en Iowa entre los aspirantes a candidato por el
partido republicano a las elecciones presidenciales de EEUU del próximo año. En
este debate grimoso, los diferentes aspirantes rivalizaron por comentar al
estilo de los más casposos programas del corazón sus respectivas vidas privadas,
llegando algunos aspirantes a contar entre lágrimas cómo alcanzaron su fe
religiosa. Patético el lamentable espectáculo de estos piadosos descerebrados
compitiendo por demostrar quién es más creyente. Así que gane quien gane la nominación
republicana a las próximas elecciones habrá un nuevo republicano dirigido por
la gracia de dios. Eso sí, no se sabe
cual dios porque todos ellos pertenecen a diferentes iglesias protestantes y
reformistas que mantienen únicamente una simbología parecida pero con lecturas
e interpretaciones muy diferentes de la biblia.
"en EEUU la separación entre la religión y el estado está escrita en la propia constitución del país"
ResponderEliminarEso hay que matizarlo. La Constitución de EEUU establece en su Primera Enmienda una separación entre religión y Estado que resulta claramente insuficiente porque únicamente habla del "Congreso" de la nación. La separación religión-estado hubiera sido perfecta si se hubiera aprobado el texto redactado originalmente por Thomas Jefferson, que comenzaba diciendo "No se aprobará ninguna ley conducente...". Pero a dicho texto, antes de su aprobación, se le añadieron dos palabras que restringían el ámbito de la separación únicamente al Congreso, dejando en consecuencia las manos libres a los Gobiernos de los Estados: "El Congreso no aprobará ninguna ley conducente...".
Buena matización que desconocia Rawandi
EliminarSaludos