2 de septiembre de 2025

La ofensiva hipocresía y doble moral de la religión

Imanes, sacerdotes, predicadores, monjes, ulemas y demás representantes de lo divino tienen una curiosa y más que ofensiva forma de ser, porque mientras predican:
 

  * humildad, son tan prepotentes de “saber” cómo se originó el universo y la vida, que está bien y qué está mal, que hay que comer, vestir o actuar y que está prohibido y todo ello porque “conocen” los deseos y la voluntad de unas entidades atemporales, omniscientes y todopoderosas.

* pobreza, hacen acopio de todo tipo de riquezas hasta extremos patológicos.

* abstinencia, ellos fornican con quien les place y hasta violan a menores de edad.

* amor, persiguen, insultan, humillan y a veces matan a todos aquellos que no aman de la única manera que ellos entienden 

 * paz, luego siempre apoyan a los mayores tiranos y a los peores genocidas.

Es por ello que es evidente que en realidad ninguno de estos miserables estafadores de lo sobrenatural cree de verdad en lo que predican, ya que sabe que ese supuesto infierno con el que amenazan a los miembros menos dotados intelectualmente de esta nuestra tan particular especie de monos supersticiosos no es más que una invención para tener controlado al siempre aborregado rebaño de creyentes.
 
  

 

 

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