30 de junio de 2025

La religión fue nuestro primer, y por tanto nuestro peor intento de comprender a la Naturaleza

Los humanos somos primates que necesitan desesperadamente buscar patrones, encontrar una solución aun cuando en realidad no haya nada detrás. Y esto es así ya que la selección natural nos ha ido moldeando a lo largo del tiempo en esa constante y desesperada búsqueda. Y esa cualidad que nos ha llevado a la Luna y a desentrañar muchos de los misterios de la naturaleza es la misma que nos llevó a inventar la superstición en todas sus variantes.

Somos unos monos dotados de un gran cerebro y muy poca paciencia, así que cuando nuestros lejanos antepasados observaban algo, querían encontrar una respuesta inmediata. Y así, lejos de esperar los años o incluso los siglos o milenios de estudio necesarios para desentrañar científicamente la cuestión “encontraron” una forma rápida de responder a todas las preguntas.

¿Ocurre un terremoto, una inundación o una erupción volcánica? Será que hemos enfadado a los dioses de la Tierra. ¿La mitad de la tribu muere de una enfermedad terrible? Es evidente que somos el objeto de la ira divina.

Y por supuesto, si nuestras desgracias eran debidas a la vengativa acción de una deidades celosas y coléricas bien haríamos en intentar aplacarlas con rezos, ritos y por supuesto sacrificios animales y si es necesario hasta tirando al volcán a nuestros primogénitos o a nuestras vírgenes.

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