30 de junio de 2025

La inmensa mayoría (por suerte para todos) de los creyentes se sienten muy incómodos con sus creencias

Aunque los religiosos afirman creer en los intragables dogmas de su particular religión, en cuanto son mínimamente preguntados casi ninguno de ellos puede responder afirmativa y taxativamente a la cuestión, ya que casi todos ellos comienzan con un patético despliegue de frases vacías, argumentos vanos y sobre todo mucho equilibrismo mental para no tener que decir en público que sí, que son tan estúpidamente ignorantes para creer que el Maligno acecha en cualquier esquina, que los dioses bajan a fornicar con doncellas, que profetas iletrados cabalgan hacia el Cielo a lomos de un blanco corcel y el resto de delirantes afirmaciones y dogmas que profetas dementes de toda época y condición han proferido para solaz de deficientes mentales profundos. 

Porque por suerte para todos, la inmensa mayoría de los creyentes tienen todavía un poco de vergüenza intelectual para defender en público tamañas imbecilidades.

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