Como todos los libros sagrados fueron escritos por profetas machistas,
patriarcales y sin ningún respeto por la mujer el resultado inevitable es que
los dioses “consideran” a la mujer un ser débil, impuro y hasta malévolo,
alguien que deber ser vigilado, controlado y si es necesario castigado por su
propio bien.
Es por ello que la religión debería ser considerara un delito contra los más elementales derechos humanos de las niñas y de las mujeres y penada por ley.
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