Los creyentes menos estúpidos intentan encajar (aunque sea a martillazos intelectuales) las
aplastantes evidencias científicas con los relatos de profetas
analfabetos y dementes de tiempos remotos. Y en esa tarea digna de
un desesperado Sísifo siempre presentan como «pruebas» la majestuosidad del águila, la rapidez de la gacela o el
impactante aleteo del colibrí.
Sin embargo no hay que ser experto en Biología Evolutiva, sino simplemente mantener una mínima capacidad de raciocinio y de pensamiento crítico no contaminados por el siempre peligroso virus de la fe para entender claramente que, en caso de que todo este maravilloso mundo que nos rodea fuera el resultado de un Diseñador, esta supuesta entidad omnisciente y perfecta sería en realidad un chapucero aprendiz de brujo, tal y como muy divertidamente indica en este breve video el siempre didáctico Neil deGrasse Tyson.
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