En contra de todo lo que predica la Biblia (y el resto de "sagrados" textos) y sus hipócritamente santurrones seguidores, la civilización se ha levantado con el esfuerzo de esos hijos de Caín que se han rebelado siempre contra la tiránica superstición del poder absoluto (divino y terrenal).
Porque si la Humanidad hubiera seguido aborregadamente los dictados totalitarios de un dios genocida y sus secuaces a día de hoy es tristemente evidente que seguiríamos en las cavernas adorando al rayo, al trueno y a los volcanes y perpetuando una ignorante y fanática superstición que ya es hora de que abandonemos después de tanto milenios de adocenada sumisión.
Porque no hay ningún cielo esperando a los sumisos de un dictador celestial cruel y genocida, solo humanos con un maravilloso cerebro para enfrentarse a la realidad.
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