22 de enero de 2025

La religión corrompe el sentido de la realidad de los humanos

Si
alguien hace una afirmación absurda o delirante, todo el mundo se da cuenta y muchos de ellos se mofarán del defensor de esa estupidez. Sin embargo, con la religión ocurre todo lo contrario: cuando más estúpida, ilógica, trastornada o imposible sea la afirmación propuesta por el profeta o sotanado de turno, más posibilidad tiene de que no sólo sea creía a pie juntillas, sino que con un poco de mala suerte acabe siendo la guía espiritual y moral de esa abrumadora mayoría de monos bípedos que usan únicamente su cabeza para ponerse el ridículo sombrerito, pañuelo o hijab que tanto parece agradar a esas esquivas divinidades que llevan milenios corrompiendo la mente de los más simples. 

Porque este es el único y verdadero milagro de la religión: convertir a supuestos seres humanos racionales en individuos tan estúpidamente alienados que son capaces de creer que una serpiente parlante engañó a los primeros humanos, que un beduino pederasta de la Edad Media subió al cielo en su blanco corcel, que una paloma extraterrestre violó a una muchacha judía, que un trozo de pan y un poco de vino se convierten en carne y sangre humanas cada domingo en decenas de miles de iglesias de todo el mundo simplemente porque un analfabeto vestido de carnaval hace magia potagia, que un dios colérico y celoso regaló un trozo de desierto a aquellos humanos que han sido capaces de mutilarse el pene, que la sangre es tan impura que es preferible dejar morir a tu hijo si necesita una transfusión sanguínea o en el resto de absurdeces solo aptas para semideficientes mentales que contienen los libros “sagrados” de cualquier creencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario