1 de octubre de 2024

Solo la religión es capaz de convertir a unos devotos padres en los asesinos de sus propios hijos

Como sentenció muy acertadamente hace ya años el físico, premio Nobel y reconocido ateo Steven Weinberg:


"Con o sin religión siempre habrá buena gente haciendo cosas buenas y mala gente haciendo cosas malas. Pero para que la buena gente haga cosas malas hace falta la religión."

Y el ejemplo más paradigmático de esa infecciosa maldad de la religión son esos estúpidos, ignorantes y más que criminales padres devotamente cristianos que son capaces de asesinar a sus propios vástagos por la siempre delirante "sanación por la fe".
 

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