En un momento en el que el sistema sanitario madrileño está
desbordado es hora de recordar
cómo se ha podido llegar a esta dramática situación. Y la respuesta es
más que evidente: décadas de recortes y corrupción han esquilmado los
recursos que deberían haber ido a la mejora de la sanidad pública y han
enriquecido los bolsillos de grandes empresas y políticos corruptos.
Así que para salvar la vida de los pacientes madrileños bien haría la Fiscalía Anticorrupción y jueces competentes en sentar en el banquillo empezando por Aguirre hasta terminar con Ayuso, a todos los consejeros de sanidad del PP y demás altos cargos con responsabilidades sanitarias bajo la acusación de negligencia criminal por los miles de homicidios imprudentes resultado de su corrupta gestión de los recursos públicos.
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