Un llamativo ejemplo por parte del siempre acertado Christopher Hitchens, que muestra que incluso a día de hoy los miembros más que prominentes de la supuestamente instruida Iglesia Católica siguen apelando a esa egomaníaca y genocida divinidad judeocristiana (obsesionada por producir el mayor daño posible a su especie elegida) para intentar explicar lo que cualquier estudiante conoce por la más básica Geología impartida durante la enseñanza secundaria.
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