El célebre físico Richard Feynman expuso en tan sólo un minuto el método científico.
Quédense con estas contundentes frases finales que deberían estar
esculpidas en piedra en la entrada de todas las facultades
(de ciencias y de letras también) universitarias:
"No importa que tan bella haya sido tu suposición, no importa cuán inteligente sea el que haya hecho la suposición o cual sea su nombre, si está en desacuerdo con el experimento está mal."
Pero desgraciadamente millones de analfabetos científicos y estúpidos abonados al aborregado rebaño del cristianismo y del resto de delirantes supersticiones siguen todavía en pleno siglo XXI intentando vivir en el engaño de esta cruda (pero bella) realidad.
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