Y este dogma, grabado en piedra en los dementes cerebros de los adocenados creyentes, es lo que han seguido una pequeña secta cristiana en Australia al negar la insulina a una niña diabética para que así su dios obrara una curación milagrosa.
El problema es que tras más de una semana de horrible sufrimiento de la pequeña parece ser que no rezaron adecuadamente o su dios no es tan benevolente como ellos afirman se produjo su inevitable muerte. Además hace unos años estos descerebrados cristianos ya intentaron “curar” a la misma niña de la misma manera aunque esa vez previa los servicios médicos pudieron salvar su vida.
Lo increíble del caso es que como los padres no perdieron la custodia, ahora han llevado hasta sus últimas y terribles consecuencias su fanatismo religioso. Y ahora sí, demasiado tarde, la justicia ha tomado cartas en el asunto y tanto los padres, el pastor y el resto de miembros de la secta de durante una semana vieron agonizar a la pequeña sin hacer nada salvo rezar mientras moría se enfrentan a cargos de asesinato. ¡Ojalá todos ellos acaben pasando muchos años en la cárcel y a todos aquellos que sean padres se les quite de manera inmediata la custodia de sus hijos para evitar nuevas tragedias!
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