Pero ¿qué solemne estupidez es esa de que los malos y los perversos acabarán en el Infierno por toda la eternidad?

Es evidente es que la lógica de la religión deja mucho que desear, algo para nada sorprendente viniendo de las más que deficientes mentes de algunos de los menos dotados intelectualmente miembros de esta especie que tan rimbombante (como muchas veces erróneamente) se autodenomina sapiens.

 

Y para dejar en evidencia esa terriblemente deficiente lógica religiosa no hay nada como la ironía y el sarcástico humor del siempre más que acertado Jim Jefferies. ¡Que lo disfruten!