Lejos de esos cuentos con los que la Iglesia Católica lleva milenios engañados a los más simples de mente, la verdadera realidad es que la santa madre iglesia desvía los donativos de los fieles a cuentas opacas para comprar después acciones, pisos de lujo en los que viven los altos jerarcas cristianos o vacaciones en lugares exóticos.
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