7 de mayo de 2019

Frente a una infección es muy conveniente sentirse triste, apático y dolorido

Cuando hemos sido infectados por un patógeno es más que bueno sentirse triste, apático y dolorido, ya que ello permite ahorrar energía y así canalizar los recursos de nuestro organismo hacia el sistema inmune y evitar también la diseminación de la enfermedad entre nuestros congéneres. 




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