Por fin un poco de cordura frente a la humillación de los poderes públicos a la iglesia católica

En un país en donde casi todos los gobernantes, sean de la orientación política que sean, acaban rindiendo ignorante pleitesía a vírgenes, santos, beatos, obispos y demás alucinados miembros del siempre demente catolicismo en procesiones, romerías, fiestas religiosas o cualquier otro evento de los innumerables que salpican el calendario hispano ya era hora de que empezaran a cambiar las cosas.

Así los representantes de "Podemos" han dejadoclaro que la laicidad debe ser una seña de identidad de todo gobernante de tal manera que se llevará a cabo la

“Eliminación de cualquier tipo de simbología religiosa en actos oficiales de la Junta de Comunidades, así como en lugares y edificios de titularidad pública, así como establecer la prohibición para las autoridades públicas o funcionarios de la misma de participar, en calidad de tales, en actos de carácter confesional”.

junto con la

"Supresión de cualesquiera honores civiles u homenajes públicos (condecoraciones, votos o nombramientos civiles) de la Junta de Comunidades a imágenes religiosas, advocaciones, santos o cualquier otro símbolo religioso”.

Ahora solo falta que en las negociaciones con el PSOE para gobernar en diversos ayuntamientos y comunidades autónomas quede constancia por escrito de esta obligación. Ello permitirá enviar al baúl de los recuerdos casposas imágenes como la recientemente protagonizada por el alcalde de Toledo y futuro presidente de Castilla-La Mancha desfilando idiotizadamente tras una reliquia sanguinolenta.