20 de marzo de 2015

Sólo Dios (y no el hombre) puede ser responsable del cambio climático


Es inconcebible que en pleno siglo XXI no sólo pululen los miembros de nuestra especie menos dotados intelectualmente, sino que además éstos sean elegidos para gobernar la nación más poderosa del planeta. 


La mezcla de ignorancia, fanatismo religioso y prepotencia no suele llevar a nada bueno, pero cuando se añade el factor político el resultado puede ser de lo más patéticamente preocupante. Así un senador republicano, de esos que parecen recién venidos de un pasado muy, muy lejano, acaba de afirma que
"La broma es que hay algunas personas que son tan arrogantes como para pensar que pueden ser tan poderosos para cambiar el clima. El hombre no puede cambiar el clima."
¿Y quién puede cambiar el clima? Pues teniendo en cuenta que nuestro turbador senador es un evangélico de esos que piensan que a Noé le cupieron varios millones de especies en el arca y que en el paraíso los tigres y los leones eran vegetarianos y jugueteaban con las gacelas pues ya supondrán cual fue su absurda respuesta
"Mi punto de vista es que Dios sigue ahí arriba. La arrogancia de la gente para pensar que nosotros, los seres humanos, seríamos capaces de cambiar lo que está haciendo [Dios] en el clima es para mí indignante."
Así que ya saben, según este risible personajillo (que más bien debería estar bajo tratamiento psiquiátrico en lugar de decidir sobre los asuntos de la nación más poderosa del globo) elegido para representar a los más catetos paletos de Oklahoma (a veces pienso que habría que hacer un examen antes de permitir votar a seres que objetivamente están muy por debajo en la escala evolutiva que nuestros primos, los muy inteligentes bonobos) podemos seguir quemando combustibles fósiles y destruyendo bosques y selvas por toda la eternidad, que nunca podremos alterar el clima ya que eso solo es potestad de la absurda divinidad de los pastores de cabras judíos de la Edad del Bronce. 


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