8 de julio de 2014

La sangría económica y social de la emigración



Hace unos días el Instituto Nacional de Estadística publicó los datos sobre emigración de los últimos años y la lectura no puede ser más pesimistamente descorazonadora.

Dejando aparte que cientos de miles de extranjeros abandonan nuestro país para volver a sus respectivos lugares de origen o desplazarse a otros países con mejores perspectivas, lo preocupante del caso es que cada vez más españoles hacen sus maletas y se van al extranjero en busca de una vida que España es incapaz de ofrecerles. Y tal y como muestra el siguiente gráfico


la situación lejos de estabilizarse presenta un incremento acelerado en los últimos años, con el resultado final de un flujo de más 110.000 españoles que han abandonado el país en el último lustro.

Y hay que recordar que muchos (si no la mayoría) de ellos son jóvenes con estudios superiores, para los cuales el estado español y la propia sociedad han invertido mucho tiempo y dinero en forma de sanidad y educación públicas y que muy desgraciadamente al final emigran a otros países a desplegar sus capacidades, naciones que generalmente son más ricas y están más desarrolladas que España. 

Por todo ello, el resultado final es el empobrecimiento tanto económico como social por esta sangría de nuestros más preparados jóvenes, despilfarro laboral que no puede permitirse de ninguna manera un país como España, si de verdad queremos llegar a ser una verdadera nación desarrollada. Y mientras tanto nuestros obtusos gobernantes patrios siguen loando obcecadamente (con esa mezcla de prepotencia y estulticia que les caracteriza) las "ventajas" de que nuestros jóvenes se marchen al extranjero a trabajar por el progreso de Alemania, Suiza, EEUU o Inglaterra.


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