22 de enero de 2014

Un caso real de medicina alternativa para el Dr. House



Está claro que la ignorancia supersticiosa parece consustancial a nuestra especie, y que los niveles de estupidez que conlleva lejos de disminuir en este mundo hiperconectado y altamente desarrollado del siglo XXI parece que no dejan de aumentar. Si no juzguen ustedes.


Un individuo originario del pequeño y montañoso Bután pero residente en Suiza es ingresado en un hospital aquejado de fuertes dolores abdominales, estreñimiento, confusión mental y vómitos. Los médicos tras realizarle las más diversas pruebas (gastroscopia, tomografía computerizada y diversos análisis de sangre y orina) son incapaces de diagnosticar la enfermedad. Vamos un caso digno de la atención del famoso doctor House, aunque ya les adelanto que ahora tampoco es lupus.

El enfermo, afectado desde hace años de parálisis facial  (enfermedad para la que no existe cura en la actualidad) relata que lleva varios meses tomando unas pastillas que compra en su país natal, las cuales contienen un poderoso “remedio” para esta y otras enfermedades. Claro que sí, ¿que no hay tratamiento para mi enfermedad? pues nada a buscar medicinas “alternativas” que seguramente me curarán a pesar de la incompetencia de científicos y médicos ateos.

¿Y en qué consisten esas maravillosas pastillas que todo lo curan, fuera del alcance de la medicina occidental? Pues agárrense que no es broma. Según indicaba el paciente las pastillas contenían el “pelo milagroso de un sacerdote”, por lo que se ve muy famoso en Bután. Imaginen la cara que se les quedó a los médicos suizos tras esta revelación. Ello les llevó a analizar la composición de estas milagrosas cápsulas. Los resultados mostraron que contenían elevados niveles de plomo aunque no había rastro alguno de pelo. Parece ser que los remedios a base de plomo son bastante comunes en la medicina tradicional butanesa. Así que los doctores analizaron inmediatamente la sangre del paciente detectando que el enfermo estaba intoxicado por este metal pesado en una proporción 100 VECES superior a los niveles habituales que existen de este tóxico elemento en la sangre de individuos normales. Finalmente, tras la administración de un agente quelante el paciente se recuperó totalmente. Además los médicos se pusieron en contacto con el ministerio de sanidad del pequeño país asiático para informarles de la peligrosidad del remedio. ¿No me digan que no parece un episodio cualquiera del Dr. House? 

En resumen, un ejemplo evidente más de los peligros de aunar superstición con remedios naturales y alternativos de la milenaria medicina oriental.


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