11 de julio de 2013

Sobre multinacionales, impuestos y justicia



Una de las principales consecuencias del fenómeno de la globalización de la economía ha sido la creación de gigantescas multinacionales que, aprovechándose de la ausencia de una legislación internacional efectiva, en la práctica se encuentran al margen de las leyes aprobadas en los diversos países.

Así en la actualidad cualquier transnacional es capaz de fabricar sus productos utilizando mano de obra esclava y contaminando sin ningún tipo de traba, al margen de cualquier control legal en los más depauperados países del tercer mundo. Después vende esos productos (obtenidos mediante la explotación laboral) en los países occidentales del primer mundo al máximo precio posible y crea un entramado de sociedades filiales opacas residentes en paraísos fiscales a los que repatría el dinero para no pagar impuesto alguno. Así empresas que facturan varios miles de millones de euros anuales no pagan en la práctica impuestos aún cuando año tras año baten sus propios records de ventas ¿el truco? Pues el caso de Apple es un ejemplo paradigmático. Si el último modelo de Iphone se vende en España a 500 euros, la filial española compra a otra filial radicada en cualquier paraíso fiscal ese mismo producto al precio de por ejemplo 499 euros. De tal forma que por supuesto, no queda margen de beneficio posible y al terminar el año la multinacional en España puede llegar a tener incluso pérdidas. 

Entonces para evitar este abusivo y delictivo comportamiento de las diferentes multinacionales, que nos está llevando a la ruina fiscal y económica más absoluta, una medida rápida y efectiva sería la entrada en vigor de una ley que cobrara una tasa fija (por ejemplo del 20-25% que es tipo medio que soporta la media de los ciudadanos de este país) sobre la facturación (que no sobre los beneficios) de cualquier empresa que operara con este tipo de entramados globales. Así si una empresa quisiera vender sus productos en nuestro país, pues tendría que contribuir equitativamente a los impuestos tal y como lo hacemos los ciudadanos normales. Y no se preocupen porque ninguna de ellas iba a abandonar sus lucrativos negocios por tener que pagar impuestos. Pero claro ¿Quién va a poner el cascabel al gato?




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