25 de marzo de 2013

Un año más se ha impuesto la superstición religiosa a la democracia

La delegación del gobierno ha vuelto a decidir un año más, escenificado el poder de la dictadura católica española sobre la propia democracia, que los ateos no podremos manifestarnos en Madrid contra el fanatismo, la superstición, el oscurantismo y la discriminación que encarna la iglesia católica. Es totalmente vergonzoso que año tras año en este país el único colectivo civil que no puede expresar libremente sus ideas en la calle dentro de una manifestación pacífica es curiosamente el que defiende la racionalidad frente a la superstición. 


Así que un año más, habrá que dejar todas la calles de nuestras ciudades y pueblos libres para que ignorantes nazarenos puedan arrastrar sus cadenas y azotarse inmisericordemente en nombre de un diosecillo cruel y celoso, mientras siguen sumisos e idiotizados el paso de morbosas representaciones de la tortura de un judío analfabeto y enfermo mental que se creía el hijo de una paloma extraterrestre, en una muestra totalmente absurda de irracionalidad y fanatismo religioso más propios del tenebroso Medievo que del desarrollado siglo XXI en el que vivimos actualmente.




P.D.

Y todo ello encima que llueve en muchas procesiones de la Semana Santa. Pues parece que dios no es cristiano o no le gustan las procesiones. ¿Anda que si es Alá o Visnú o Zeus? Menudo chasco.

1 comentario:

  1. Ni siglo XXI, ni leches: este demencial sarao es impresentable en cualquier momento histórico que se lo sitúe. Todo ese amasijo de trapos, ceras, bisutería y maderos chorreando ketchup; todo ese alucinante afán por cargar con los símbolos del opresor y llevarlo en volandas cual si de un tesoro se tratara... Atónito ante semejante espectáculo, deleznable y humillante, uno se pregunta: ¡Pero, qué es lo que está pasando!

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