9 de marzo de 2013

El ejercito de los EEUU en manos del fundamentalismo religioso de los cristianos evangélicos



Mucho se ha hablado sobre la infiltración de la religión en el sistema educativo de los países occidentales, con especial atención al proselitismo creacionista en las escuelas norteamericanas debido a la anomalía que presentan los EEUU, único país desarrollado fuertemente  religioso. Así es motivo habitual del interés mediático mundial, los repetidos esfuerzos de los legisladores ultraconservadores republicanos estadounidenses por imponer una visión cristiana a la infancia. Sin embargo, en este país en cambio una infiltración religiosa mucho más peligrosa si cabe que en la enseñanza (porque afecta mucho más al resto del mundo) ha pasado bastante desapercibida tanto en los medios de comunicación norteamericanos como en la opinión pública mundial.

Me refiero a la deriva hacia el fundamentalismo cristiano que se lleva produciendo en las todopoderosas fuerzas armadas de la única superpotencia actual. Así el “Center for Inquiry” acaba de publicar el documento titulado “For God and Country” en el que se denuncia que desde los atentados del 11S de 2001, altos mandos militares fundamentalistas evangélicos (primero con el apoyo de la administración Bush y después con la desidia de la administración Obama) han incorporado de forma totalmente impune sus estrechos y fanáticos puntos de vista religiosos (no olvidemos que estos ultraortodoxos cristianos consideran que la Biblia es infalible) al núcleo central de la cultura castrense, en un evidente acto de religiosidad inconstitucional y comportamiento sectario. Así el curso sobre guerra nuclear total contra el Islam celebrado el pasado año en el Pentágono no sería un simple hecho aislado, sino que está perfectamente imbricado en la actual visión del alto mando militar estadounidense para el que las misiones militares son equivalentes a las cruzadas del Medievo.

El documento también denuncia que en las academias militares norteamericanas el proselitismo y la evangelización religiosos son tema central, de tal forma que a los cadetes católicos o protestantes no evangélicos se les acusa de no ser lo suficientemente cristianos y a los que se declaran no creyentes se les discrimina y persigue.

Cuando algún oficial denuncia esta infiltración religiosa en el estamento militar o bien es directamente ignorando o peor aún sufre diversas acciones punitivas entre las que se encuentra el traslado forzoso a peores destinos.

El documento revela que durante la guerra de Iraq, los comunicados oficiales de los oficiales del Pentágono para el presidente Bush iban siempre precedidos de citas bélicas de la Biblia especialmente escogidas. También, en los programas de entrenamiento para oficiales encargados de sistemas de misiles nucleares se presentan argumentos morales extraídos de la Biblia que supuestamente justifican el uso de armamento nuclear. Incluso en las evaluaciones de salud mental de la tropa y marinería se incluye una visión fuertemente teística y se considera que los individuos no creyentes tienen “deficiencias espirituales” que deben ser corregidas. El documento indica que este proselitismo a todos los niveles está provocando disensiones y problemas dentro de diferentes unidades militares, al sentirse los soldados no evangélicos presionados y discriminados por la visión religiosa imperante.

Tal es el celo evangelizador de estos altos mandos cristianos, que incluso en las misiones internacionales como en Afganistán se ha utilizado a los soldados para hacer propaganda religiosa mediante la entrega de biblias escritas en los idiomas locales a los habitantes pastunes de las aldeas más remotas, incumpliendo la normativa del propio ejército norteamericano.  

En resumen, que el ejército norteamericano está derivando cada vez más (con el peligro que eso conlleva) hacia el sectarismo cristiano más intransigente, imagen especular del fanatismo islámico al que pretende combatir.


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