22 de febrero de 2013

Cuando la sanidad es una simple ecuación de ingresos y gastos y las personas no cuentan para nada



Ahora que en España la ofensiva desmanteladora del estado del bienestar está en pleno apogeo, siempre es bueno no perder la perspectiva de hacia dónde nos quieren llevar nuestros neoliberales gobernantes, tan partidarios de la gestión privada y defensores a ultranza de la eficiencia empresarial por encima del sector público. Así que por ejemplo, únicamente tenemos que fijar nuestra atención en el sistema sanitario privado por excelencia, los EEUU. Hace ya tiempo en una entrada previa comenté que en EEUU viven unos 50 millones de personas sin cobertura sanitaria y que de ellos más de veinte mil mueren anualmente por falta de un seguro médico al no poderse costear directamente los prohibitivos tratamientos sanitarios. Y aunque por supuesto la mayoría de estas personas son las más pobres, que no pueden pagar los costosos seguros médicos privados para toda su familia, resulta que también existen otros individuos que en principio tienen más recursos pero que aún así quedan fuera de la cobertura sanitaria.

¿Y cuáles son estos ciudadanos que pueden pagar un seguro médico privado pero que son rechazados por las compañías aseguradoras? Pues simplemente aquellos que presentan algún tipo de historial previo de enfermedades. Así a cualquier persona con una dolencia anterior más o menos grave le resulta muy difícil si no imposible contratar un seguro médico aun cuando disponga de dinero suficiente para pagarlo. Y no se crean que únicamente se rechaza a personas con cáncer, SIDA o cualquier otra enfermedad grave sino que muchas veces es suficiente haber visitado, en los meses previos al intento de contratar el seguro, un médico o un quiropráctico o haber tenido que acudir alguna vez a urgencias hospitalarias por un repentino dolor que luego quedó en nada, para que las compañías de seguros médicos rechacen nuestra solicitud. Así se calcula que el 20% de los ciudadanos que quieren y tienen dinero para contratar una póliza sanitaria son rechazados por las compañías del sector. Claro, esto es así porque en ese deshumanizado y mercantilizado sistema, las personas no cuentan, son vistas únicamente como simples coordenadas de ingresos (cuota de la póliza) y gastos (futuros tratamientos médicos) dentro de un balance mercantil, por lo que cualquier sospecha sobre el estado de salud del solicitante se convierte en una alarma para la cuenta de resultados de la empresa y es automáticamente descalificado.


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