Resulta que la firma italiana Benetton, que ya nos tiene acostumbrados a sus muy provocativas estrategias de marketing, ha lanzado recientemente una campaña de publicidad en donde en diferentes fotos se observa a diversos dirigentes mundiales besándose en la boca. Según justificó la compañía la campaña era una muestra para “combatir la cultura del odio en cualquier forma”. Así se veían besos entre los dos dirigentes coreanos, entre Obama y Hugo Chávez, etc. También se besaban los respectivos líderes enfrentados de Palestina e Israel. Hasta aquí todo normal, independientemente de la oportunidad o el supuesto buen o mal gusto de la iniciativa comercial. Pero como siempre amigo Sancho con la Iglesia hemos topado. Una de las fotos representaba un cálido beso entre el papa católico y un imán musulmán. Pues bien los católicos con el Vaticano a la cabeza se han sentido ofendidos. Hay que ver que escasa tolerancia tienen cuando algo no les gusta y en cambio siempre nos piden a los no católicos que soportemos con paciencia y resignación infinitas sus descalificaciones, sus insultos y su casposa moralina añadida. Como no podía ser de otra forma, rápidamente la empresa italiana ha retirado la foto del papa no vaya a ser que enfademos al único dios verdadero. Faltaría más. Nos podemos reír y mofarnos de cualquiera menos por supuesto del sacrosanto jefe de la pederastia mundial. Pues aquí queda la dichosa foto para la posteridad.
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