En un post anterior comenté que según datos oficiales de la Conferencia Episcopal española hay un total de 79898 religiosos en nuestro país: obispos, sacerdotes, frailes y monjas. Por supuesto todos ellos sostenidos por el erario público español a través de nuestros impuestos incluidos los de los no creyentes o seguidores de otros dioses tan absurdos e imaginarios como el católico romano. Pues bien, continuando con dicho post hoy vamos a encuadrar este abultado dato de tantos adoradores ociosos en un contexto más entendible. Según cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística en el año 2010 y dentro de las universidades públicas ejercían su labor docente 9696 catedráticos y 30554 profesores titulares de Universidad. Además en dichas universidades trabajan 1573 catedráticos y 8391 profesores titulares de Escuelas Universitarias. Si sumamos, resulta la cifra de 50214 docentes universitarios trabajando en todas las universidades públicas españolas. Es decir tenemos un 40% MÁS de propagadores de la superstición que de docentes universitarios públicos. Y luego nos extrañamos del bajo nivel educativo de este país.
A ese cura que sea ha casado no le dejan impartir la asignatura de religión porque la Iglesia no quiere perder la costumbre de dar por el culo a los niños. "Hasta ahí podríamos llegar!!" dijo indignado un prelado del Opus.
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