Jesucristo es en realidad una invención de Saulo de Tarso

Para cualquier persona con una mínima capacidad de análisis, el protagonista central del cristianismo es ese famoso Saulo de Tarso que, tras su accidente equino se inventó toda una delirante mitología acerca de un judío milagrero que ascendió a los cielos.

El que hubiera un personaje histórico real (o una mezcla de varios de ellos) que deambulara(n) por los pedregales judaicos pregonando el abandonar a hijos, padres, familiares, amigos y allegados para preparase para un inminente y nunca realizado fin del mundo es algo ya secundario, porque las supuestas enseñanzas del profeta circunciso fueron contaminadas, reinterpretadas y manipuladas por ese supuesto perseguidor de cristianos, con una confusa mezcolanza de sus deseos y sus miedos que ya nada conserva del supuesto original.

Es por ello que los cristianos deberían abandonar al nazareno milagrero y rendir completo homenaje a su verdadero profeta: ese converso con tales alucinaciones que es muy probable que a día de hoy hubiera sido tratado por un equipo de neurocientificos y psiquiatras para diagnosticar su más que evidente daño cerebral.