2 de septiembre de 2021

Otro tonto menos

En un momento en el que están disponibles en el Primer Mundo vacunas contra el coronavirus se está produciendo un “beneficioso” efecto secundario: que algunos conspiranoicos están falleciendo a causa de ese virus al que tanto desprecian.

 

Así, en EEUU un antiguo oficial de la CIA que se vanagloriaba de haber sido el primer imbécil en llamar a la COVID-19 un engaño acaba de fallecer a causa de ese “engañoso” virus, porque aun enfermo afirmaba que

“No voy a vacunarme, aunque hoy he dado positivo en lo que sea que llaman ‘COVID’. […] Nunca volveremos a ser los mismos porque ahora sabemos que nos han mentido en todo.   [...] La buena noticia es que sobreviviré con unos días de descanso.”

Así que descanse en paz este descerebrado ya que tras su muerte el mundo es un poquito mejor.

3 comentarios:

  1. Alegrarse de la muerte de alguien es muy, muy triste.



    Pero a veces te lo ponen tan difícil, los jodíos...

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  2. Es un problema grave, porque estos imbéciles pueden contagiar a los más vulnerables.
    Es una pena ver como en muchas Residencias de Ancianos hay personal que no se quiere vacunar, y en esta 5ª ola, han subido mucho los fallecimientos de ancianos vacunados (que no inmunizados, por su deficiente sistema inmunológico, con toda seguridad).
    Increible.

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  3. ¿Por qué será que los covidiotas que se mueren de COVID-19 casi siempre son los más mindundis y panolis, mientras que los más poderoso se libran? Ahí están todavía Trump y Bolsonaro. Y también el infame cardenal Raymond Burke, que estuvo a punto de palmarla hace un par de semanas y ahora se está recuperando (eso sí, despreciando a los médicos que le atendieron y dando gracias a Jesucristo, al que considera el único que lo salvo de una muerte segura).

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