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17 de junio de 2019

Fin de las exenciones religiosas a la vacunación en el estado de Nueva York


Desde finales del año pasado el estado norteamericano de Nueva York lleva padeciendo el peor brote de sarampión del último cuarto de siglo, con el agravante de que este virus (prevenible por simple vacunación) había sido erradicado de todo el continente americano hace más de una década. Y ahora finalmente el gobernador del estado ha tomado una medida que debería haber sido obligatoria hace tiempo: derogar los absurdos privilegios religiosos, esos que en nombre de un remoto diosecillo de la Edad del Bronce permitía a ignorantes padres el no vacunar a sus hijos.  


El gobernador de Nueva York ha firmado una ley por la que toda persona debe estar vacunada salvo motivos médicos, dejando al margen de la ley a miles de ultraortodoxos judíos que llevaban años sin vacunar a sus más que numerosas proles y que han puesto en jaque durante meses a los servicios médicos del estado, recursos tanto de personal como dinerarios que bien podrían haberse dedicado a otras enfermedades y/o colectivos y no en arreglar el desaguisado que han montado aquellos que por leer un viejo (y más que absurdo) libro se creen en posesión de una verdad absoluta, lo que en este siglo XXI únicamente demuestra que estos pobres analfabetos deberían estar tutelados por los servicios sociales ante su más que manifiesta incapacidad para desenvolverse dentro de una sociedad moderna. 


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