6 de abril de 2016

La Policía española en manos de las sectas católicas más manipuladoras y fanáticas



La pseudodemocracia nacionalcatólica española está sobrepasando todos los límites y llegando al paroxismo más extremo.

Resulta que en un sistema político heredero directo del fascismo más criminal, en donde todo quedó atado y bien atado resulta que estamos volviendo, si cabe aun más, a las épocas más oscuras de la dictadura, en donde los grupúsculos y sectas católicas más retrogradas, intolerantes y fanáticas están copando todos los resortes del poder. 

Así nuestro actual demente ministro del interior, ese pobre tarado que conversa todos los días con su ángel de la guarda Marcelo, el cual parece ser que le asesora en todos y cada uno de los aspectos tanto de su vida privada como en asuntos de gobierno, esta copando todos los altos cargos de la policía con papanatas tan meapilas como él pertenecientes a las más diversas sectas católicas como el Opus Dei o la Orden de Caballeros de San Cristóbal, organizaciones totalitarias y que difunden la ideología de la más pura extrema derecha fascistoide y nacionalcatólica.

Y con este panorama, con un gobierno que crea leyes represoras y claramente inconstitucionales, en donde se reprime cualquier tipo de disidencia y se castiga la protesta en cualquiera de sus variantes, la policía está siendo dirigida por individuos que no entienden ni de derechos humanos, ni de libertades tanto individuales como colectivas puesto que son papanatas sumisos que siguen viviendo en la Edad Media intelectual, ¿qué tipo de democracia vamos a tener en España? 


2 comentarios:

  1. El autor del artículo escribe bien. Saludos generales a loa ateos blogeros, y suerte. Hace tiempo que no ingresaba a los blogs. Además de necios los católicos politicastros españoles, dementes, con patologías psíquicas e ineficientes en la política.

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  2. Aunque no soy de España creo que la Iglesia y las sectas contrarrestan el desarrollo del país. No deberían aceptar la entrada a ningun país a ese sucio del Papa que habla mal el socialismo.

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