El problema de los creyentes es que tienen incrustado en su ADN la superstición medieval de que rezando al santo de turno con la suficiente devoción se pueden superar todas las adversidades. Y eso puede ser muy peligroso cuando estos ignorantes meapilas acceden a un cargo público y de sus decisiones depende la salud y la vida de los ciudadanos.
Los actuales gobernantes en Madrid vienen de una larga tradición de políticos nacionalcatólicos. Ello les impide comprender cómo funciona el mundo, siendo incapaces de analizar adecuadamente la realidad. Por ello en el fondo son analfabetos científicos funcionales, incapaces de asimilar los principios básicos de la Ciencia en general y como en el caso que nos ocupa de la Medicina, sobre todo la relacionada con los patógenos y la epidemiología.
Y por esas profundas carencias de una psique adoctrinada por la más vetusta superstición, son incapaces de comprender que ante una situación como la actual hay que dejarse de tonterías y sacar el dinero de donde haga falta, hasta de debajo de las piedras, e invertir a marchas forzadas en personal médico y recursos sanitarios de todo tipo, para intentar evitar repetir el desastre de hace unos meses cuando la inevitable segunda ola de la pandemia coronaviral nos golpee de nuevo el próximo otoño.
Sin embargo, la Presidenta de la Comunidad y el resto de meapilas estúpidos de su corte medieval, como no pueden confiar en la medicina moderna, han decidido dedicar los recursos a lo de siempre, a acogerse al santoral católico. Y así han ordenado que todos los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid tenga a su "servicio" la siempre inestimable ayuda de uno o varios capellanes católicos (dependiendo del tamaño de la instalación médica) para que así, cuando volvamos a tener a miles de ancianos ingresados los hospitales, saturando las UCIs, las camas normales y ya rebosen incluso por los pasillos, tal y como ocurrió la pasada primavera, pues que los enfermos mueran cristianamente "atendidos" aunque bien se hubieran podido haberse salvado con la contratación masiva de intensivistas y demás personal médico y la compra de medicamentos y equipos de respiración asistida. Pero eso sería hacer las cosas de manera racional y a Ayuso y demás es algo que de lo que carecen totalmente.
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