Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.

No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.


PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.

Red Atea

Red de blogs AteosMagufos, Blogs de escepticismo y ciencia

Buscar este blog

25 de septiembre de 2015

Ser negro, republicano y racista, todo un logro estadounidense



Uno de los grandes éxitos del actual mundo neoliberal es que ha conseguido que miembros de los colectivos sociales más discriminados y depauperados históricamente asuman la verdad única y se conviertan, como si de un milagro se tratara, en los defensores más acérrimos del pervertido status quo actual.

Y el doctor Ben Carson es el máximo exponente de esta particular manipulación. Imaginen un afroamericano que acaba siendo jefe de neurocirugía en los mejores hospitales estadounidenses.  Se podría pensar que esta persona fuera un ejemplo de racionalismo, democracia y sensibilidad social. Pues muy desgraciadamente se equivocan.

Pongan a un miembro de una minoría sojuzgada, perseguida, humillada y esclavizada (al menos durante varios siglos) en una situación de éxito profesional en los EEUU y conseguirán a un Ben Carson, un individuo tan profundamente religioso que al ser un fundamentalista protestante (de esos que en el mundo occidental ya sólo quedan, por suerte, en los muy particulares EEUU de Norteamérica) piensa (olvidando toda su formación y experiencia científica) que la Tierra es el particular juguete de un diosecillo egocéntrico y egomaníaco, líder de una insignificante tribu  de pastores de cabras analfabetos a más no poder. Y por supuesto este "científico" considera que el Big Bang es un simple cuento (no como las demencias a las que reza cada domingo en su iglesia de deficientes mentales) y que el evolucionismo es pura y simplemente "el trabajo del demonio".

Pero si no tienen bastante, resulta que nuestro ínclito profesional de éxito es además candidato presidencial por el incalificable Partido Republicano estadounidense sí, ese mismo que considera a los negros como una panda de  drogadictos, vagos, maleantes y casi deficientes mentales.  

Y ya para rizar el rizo, nuestro Sr. Carson es además un racista de tomo y lomo que considera que un musulmán no puede ser presidente de los EEUU porque no "sería constitucional" mientras por supuesto acepta que otro alucinado como por ejemplo Bush hijo, que por supuesto no creía en Alá sino en Iahvé, fue uno de los mejores presidentes estadounidense y que estaba perfectamente capacitado para dirigir a una nación que puede destruir atómicamente a toda la humanidad.

Así que, en resumen, sólo los EEUU pueden producir esa explosiva mezcla de prepotencia, ignorancia y racismo tan característicamente norteamericana, desgraciadamente hasta en miembros de las más discriminadas minorías. 


1 comentario:

  1. Es asustador a lo que puede llegar el virus de la religión. Llega a robar el sentido lógico del cerebro humano al punto de desordenarlo tornándolo un zombi. Isaac Newton creía en un dios, pero lo que descubrió fue gracias al pensamiento científico y no a la religión. E Einstein se cansó de decir que no creía en dios. Son unos energúmenos que ven lo que se les antoja. Es delirante. Sería gracioso se no fuese una desgracia. Qué pena, más un científico retardado en las hora de ocio.

    ResponderEliminar