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16 de julio de 2015

Suicidio ante el siempre ávido de sangre Jehová



No es extraño encontrar algún piadoso creyente capaz de morir por las órdenes supuestamente emanadas de su siempre egomaníaca divinidad.

Y entre ellos los testigos de Jehová son especialmente imbéciles, siento el exabrupto pero no hay mejor definición  para estos dementes aferrados a la literalidad de la Biblia. Pues hace unos días una mujer de 48 años sufrió un accidente de circulación y aunque fue operada de urgencia dos veces, a la tercera intervención quirúrgica necesitó una transfusión de sangre, de tal manera que la ignorante adocenada prefirió morir antes de recibir la altruista donación de un congénere verdaderamente bondadoso.

Pensándolo seriamente, hay que darse cuenta de lo frustrante que debió ser para el esforzado equipo médico que pese a toda su profesionalidad, sus desvelos y las horas de quirófano y atención que desplegaron para intentar que esta cateta tuviera una oportunidad de vivir, al final esta meapilas decide finalmente suicidarse por un par de versículos de un libro de ficción. 

Y yo me pregunto ¿no sería más sencillo y mucho más barato que cuando un enfermo ingresara el urgencias se le preguntara por sus creencias y en caso de pertenecer a esta secta de alucinados se le mandara de vuelta a casa con un rosario (o con lo que narices usen para sus locuras) para que le rezara a su sanguinario diosecillo y menos problemas para el resto de la sociedad?

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Respetar la religión es respetar la ignorancia.
    ¿Dónde se encuentra la ética médica?. Para el médico no debería ser importante la estupidez humana. Los anormales que quieran suicidarse que lo hagan en sus propias casas. Un cuchillo, un balde con agua o un veneno para ratones son suficientes.
    En los hospitales debería haber un cartel informando la condición por la cual cualquier persona va ser sometida después de su internación, o sea, va ser tratada por médicos especialistas de forma responsable; si el individuo, más allá de una enfermedad física tiene también una enfermedad mental psicológica religiosa, si no acepta esa condición, simplemente que no incomode ocupando el lugar de alguien que quiera ser tratado científicamente. Y vaffanculo.
    PS: ”No admitimos personas con ideologías que no permitan la intervención integral de nuestro conocimiento científico comprobado”.

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