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5 de junio de 2015

¡Curiosa paradoja! Los niños tienen todos los derechos excepto los sanitarios



El reciente caso de difteria en España ha reabierto el nunca resuelto y espurio debate acerca de la obligatoriedad de las vacunaciones frente a la "libertad" de los padres a decidir sobre sus hijos.

Personalmente, en cuanto oigo en temas relacionados con la infancia el argumento de la "libertad de los padres" me echo a temblar, porque en la práctica implica una supeditación de los derechos fundamentales de los niños a las creencias de los padres, por más irracionales y estúpidas que estas sean: religiosas o civiles.

Discutiendo esto días con varios internautas en diferentes foros y webs varias sobre el tema he obtenido básicamente tres tipos de argumentos contra las vacunas. El primero es que las vacunas son un negocio de las multinacionales, malvadas compañías que sólo quieren ganar dinero a costa de los ciudadanos. Y lo más sorprendente de este argumento es que es defendido por personas que están conectadas a la web, es decir que han comprado un PC o un portátil a una multinacional informática, dispositivos que llevan de serie un sistema operativo Windows cada vez más malo, que seguramente disponen de un IPhone u otro smartphone de alta gama y que pagan religiosamente una tarifa plana a su compañía telefónica, empresas todas ellas (Toshiba, Acer, Microsoft, Apple, Telefónica o Vodafone) caracterizadas como todos sabemos por ser ONGs dirigidas por ascetas, monjes y hermanitas de la caridad preocupados únicamente por el bienestar de los ciudadanos y que jamás piensan en balances y mucho menos en esos beneficios, a los que únicamente parecen ser adictas las empresas farmacéuticas y no el resto de corporaciones de otros sectores económicos.

El segundo argumento es el de que no hay que imponer las vacunas, sino simplemente convencer porque los castigos son contraproducentes. Y yo me pregunto siguiendo esta patética argumentación, entonces ¿un padre puede llevar a sus hijos pequeños en el coche sin la sillita reglamentaria?¿o un conductor puede saltarse un semáforo en rojo o viajar a 250 km/h y no debemos multar a ninguno sino que hay que concienciarles y convencerles para que abandonen tan peligrosos comportamientos tanto para ellos como para el resto de sus convecinos? Lo que parecen no entender estos "moderados educadores" tan refractarios a la represión es que vivir en sociedad implica un recorte diario de las libertades y una imposición cotidiana de normas, ya que una persona no puede orinar o defecar en donde le plazca, tampoco se puede tirar la basura por la ventana, no podemos agredir a quien nos caiga mal o se cuele en la cola de un cine o un supermercado porque vivimos en un mundo con un inmenso conjunto de regulaciones, leyes y normativas que limitan nuestra "libertad" para hacer posible la convivencia de millones de personas en nombre de un bien común.

Y el tercer argumento principal es que imponer las vacunas llevará inexorablemente a una especie de dictadura de los expertos, que anula la capacidad de elección de los ciudadanos. Y yo me pregunto ¿estos individuos viven en un poblado yanomami en medio de la selva del Amazonas? Porque en el mundo desarrollado llevamos décadas cuando no siglos bajo el control de los expertos, que regulan en la práctica todos y cada uno de nuestros actos desde el nacimiento hasta la muerte. Así volviendo al tema del tráfico rodado, llevamos a nuestros hijos en una sillita reglamentaria porque los expertos dicen que si no en caso de accidente el niño sale disparado como un hombre bala estampándose contra el parabrisas y más allá. No se puede construir una casa de 4 pisos como al dueño del terreno le parezca bien, ya que unos peritos obligan a construir de una manera determinada y con unos materiales especiales para que la estructura sea resistente. Tampoco se puede tirar la basura o los restos fecales a la calle porque unos especialistas dicen que hacerlo aumenta las probabilidades de epidemias entre la población. Por supuesto infinidad de técnicos intentan regular (y ¡hay de nosotros si hacen mal su trabajo!) la calidad del agua, de la comida, de los transportes que usamos y de todos y cada uno de los productos que compramos o utilizamos desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos al anochecer. Porque aunque muchos no se paren a pensarlo, vivimos en un mundo regulado por un larguísimo número de normas y leyes basadas en el conocimiento científico que nos permiten vivir bastante confortablemente sin tener que preocuparnos si la TV que hemos comprado, el avión en el que viajamos, el filete que nos comemos o la casa en la que vivimos son adecuados o vamos a ser estafados, heridos o hasta morir porque esos miles de objetos y servicios que nos rodean no cumplen con las cada vez más estrictas normas de seguridad reguladas por ley y extraídas de nuestro cada vez mayor conocimiento científico-tecnológico. 

Y sin embargo en quizás uno de los temas prioritarios de nuestra vida, nuestra salud tanto individual como colectiva debemos paralizar todo este conocimiento científico-técnico obtenido gracias al esfuerzo de millones de investigadores y médicos a lo largo de los dos últimos siglos y dejar la "libertad" de elección en manos de un padre que, aunque se preocupe mucho por su descendencia y trabaje como un mulo para dar lo mejor a sus vástagos, puede que sea incapaz de diferenciar un virus de una patata o una bacteria de una tostadora. ¡Misterios de la democracia mal entendida!

Y ya finalmente para terminar simplemente recordar un hecho clave que parece que siempre olvidan todos los interesados e ignorantes antivacunas del mundo: un niño tiene sus propios derechos, ya que no es una mera posesión de sus padres como si fuera una cabra o una vaca, y entre ellos está el derecho fundamental a recibir una atención médica adecuada. Y este derecho debe estar por encima de la libertad de actuar irresponsablemente de los padres tal y como lo recoge la Convención de los Derechos de los Niños. Es más, no vacunar a un hijo es tan maltrato infantil como hacerle pasar hambre, encerrarle en el sótano o agredirle física o mentalmente y como tal debería estar perseguido por la ley en cualquier país del mundo que quiera considerarse mínimamente civilizado.






16 comentarios:

  1. Gran articulo, envidio tu capacidad de expresar en palabras lo que tienes en la cabeza, debe ser un don divino ;-) Opino igual que tu. Me he criado en una familia católica apostólica románica, o como yo digo católica hipócrita románica. Mi madre va a misa todas las semanas y cada año celebra una misa por mi padre, ya fallecido. Con un poco de chantaje emocional consigue arrastrarme todos los años. La ultima vez se les había estropeado el proyector que usan para poner power point a modo de karaoke para que la gente pueda cantar los himnos, hay muchas nacionalidades y las misas se hace en varias idiomas. Me pregunto mi madre si podía echar un vistazo para arreglarlo, que que soy informático. Le pregunte que claro que podía, pero mejor probaban de rezar primero. Sigue sin funcionar :-)

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    1. Será Católica, Apostólica y Romana, no Románica. Romana porque el poder reside en Roma. Románico es el arte del S X al S XIII con origen en lao que ahora es España.
      Saludos..

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  2. (Repito el comentario, creo que falló el primer intento)

    Este país es sorprendente: si un padre o un profesor le da un azote a un niño puede meterse en un buen lío, pero si su actuación irresponsable le causa una gravísima enfermedad (con posibles secuelas) al chaval nos vale de disculpa la “libertad” de decisión paterna y el “me engañaron las asociaciones anti-vacunas”.

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    1. Pues mira que admitir que le engañaron los antivacunas ya sería un logro. Aunque eso no quite en lo absoluto la parte de responsabilidad de los padres.

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  3. En ¡Eh Tío! han hecho hace poco una tira sobre este tema.

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  4. "¡Hay" -> "¡Ay"
    Por lo demás, completamente de acuerdo. Que haya que vacunar obligatoriamente a las mascotas y no se exija lo mismo con los niños es muy curioso: se les protege más a las primeras que a los segundos...

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  5. Se invoca mucho aquí la "ciencia", pues vamos a darle un pequeño repaso.

    Según la Asociación Española de Pediatría (ver PDF) el 70% de los adultos carece de anticuerpos contra la difteria por no tener al día las vacunas de refuerzo que se recomiendan cada 10 años (tiempo que duran los anticuerpos).

    Es decir, el 70% de la población española es como si nunca se hubiese vacunado. Todos los que aquí despotricáis, ¿tenéis vuestras dosis de refuerzo al día?

    Para una situación de desprotección masiva como esta, la "ciencia" vacunera augura terribles epidemias. ¿Donde están los muertos? El último caso de difteria se dio hace 29 años!

    En los dos paises europeos donde la vacunación contra la difteria es obligatoria (Francia y Lituania) se han dado la mitad de los casos registrados para toda Europa, según el ECDC. Tabla de incidencias en la página 6 de este informe: http://ecdc.europa.eu/en/publications/Publications/AER-2014-VPD-FINAL.pdf

    Este prospecto de la vacuna combinada para la difteria, el tétanos y la tosferina reconoce que causa crisis de ausencia (convulsiones + episodios de mirada fija) en 1 de cada 14.000 vacunados. A nivel nacional esto es una epidemia de daños cerebrales.

    Hagamos un pequeño cálculo de probabilidades. La mortalidad de la difteria es del 20% de los casos. la población susceptible en España representa el 70% de 47 millones de personas, que son 33 millones. Con 1 caso cada 29 años significa que durante la vida de una persona (80 años) se espera una media de 2,75 casos.

    De las cifras anteriores sale una probabilidad de enfermar de difteria no estando vacunado igual a: 2,75 / 33.000.000 = 1 / 12.000.000 (una posibilidad entre 12 millones). La de morirse es 5 veces menor (el 20%), o sea 1 / 60.000.000 (una entre 60 millones).

    En contraste, la probabilidad de quedar tarado por la vacuna es de 1 / 14.000 (una entre catorce mil).

    Ustedes juzguen si vacunar les compensa el riesgo a sus hijos.

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  6. kreosol

    Es muy interesante y pertinente tu argumentación pero debería saber algunas cosas más sobre las vacunaciones, inmunología y epidemiología.

    Primero el sistema inmune consta de múltiples sistemas de defensa contra los patógenos además de las células B que secretan los anticuerpos. El que un individuo tenga bajos niveles de anticuerpos frente a un patógeno no significa que todo su sistema inmune contra ese patógeno esté desactivado. Lo que ocurre es que medir anticuerpos es muy fácil y barato mientras que chequear el resto de las subpoblaciones y componentes del sistema inmune ya no tanto. Por tanto, por precaución los médicos piden que se revacune cuando bajan los niveles de anticuerpos.

    Segundo, la etapa infantil, que es cuando se está desarrollando el sistema inmune es la época vital (junto con la vejez, porque ese sistema inmune está dejando de funcionar correctamente) más peligrosa para enfrentarse a una infección. Ya de adulto con todo el sistema inmune al completo y funcional la misma infección que quizás hubiera matado al niño puede ser controlada por el organismo. Por ello, es en esa época primera en donde hay que ayudar más al sistema inmune y por ello es tan importante vacunar en la niñez y dependiendo de que patógenos ya no tanto en la etapa adulta.

    Tercero, para infectarse hay que estar expuesto. Y esta exposición depende mucho del comportamiento de los individuos, así un adulto promiscuo tiene más probabilidades de contraer una enfermedad de transmisión sexual que un célibe. Y en general, los niños por su forma de ser, compartiendo juguetes, chupando, besando y llevándose a la boca todo y a todos, peleándose y revolcándose por el suelo con sus amigos, enemigos, mascotas y animales varios, individuos que están explorando el mundo con todos sus sentidos se exponen infinitamente más a los focos de contaminación que los adultos, que solemos llevar vidas más ordenadas, en donde todo está controlado y solemos mantener mucho las distancias con el resto de nuestros semejantes. Ello favorece que los niños se infecten más frecuentemente que los adultos. Es más si has tenido niños o has observado a tus compañeros de trabajo te habrás dado cuenta que cuando un padre o madre tiene un bebé suele enfermar con mayor frecuencia que antes del nacimiento de su vástago y que cuando el niño empieza a crecer, 6-10 años esos padres vuelven a enfermar menos porque el niño va adquiriendo comportamiento menos peligrosos a la hora de relacionarse con sus semejantes. Es porque los hijos introducen las enfermedades en casa y por supuesto la misma enfermedad suele ser más grave en el niño (hay muchos padres que se pasan horas y horas en urgencias de pediatría) y no tanto en el padre. Además la actual bajísima natalidad española (no es lo mismo tener un hijo único que 3-4 relacionándose con diferentes grupos de niños en el colegio o la guardería), junto con el “alejamiento” de padres y madres que trabajan mucho y tienen poco tiempo para sus hijos está dificultando los contactos que facilitan la transmisión de infecciones.

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  7. kreosol, continúo:

    El problema actual, cada vez más acuciante es que estamos recibiendo mayor inmigración de países con enfermedades endémicas y junto con la también mayor tendencia a viajar a lugares exóticos de todos estamos decantando la balanza hacia una mayor exposición y transmisión de patógenos. Y por ello, las autoridades sanitarias deberían extremar las precauciones y reforzar al máximo la vacunación si no queremos que cualquier día de estos tengamos epidemias como las que ya están dando en países en donde han sido mucho más permisivos con los “derechos” de los padres.

    Finalmente tu manejo de la estadística es totalmente erróneo, por desconocimiento de todos los factores que he comentado anteriormente y de las matemáticas. Dices bien que la tasa de mortalidad de la difteria es del 20% ¡de los casos!, es decir que puedes tener un millón de personas susceptibles a un virus pero si ninguna de ellas se expone y se infecta, la tasa de mortalidad es cero. Ahora bien si de pronto ese millón de personas se infecta, ten por seguro que 200.000 de ellos morirán.

    El en caso de Olot tenemos 1 niño no vacunado infectado que por ahora (y esperemos que se recupere) está vivo, tasa de mortalidad cero. Si se muere será del 100%, es lo que tiene las muestras muy pequeñas que se pueden desviar mucho de la media. Ahora bien, la tasa de morbilidad es del 100% ya que esté niño está ahora con riñones, pulmones y corazón muy dañados, sometido a terapias intensivas en la UCI y que quizás necesitará si sobrevive un trasplante. Cojamos los individuos vacunados que le rodean, ninguno de ellos ha enfermado, entonces la tasa de morbilidad es cero. La vacunas funcionan.

    Respecto a tu afirmación sobre las crisis de ausencia no sé si es puro desconocimiento, al no haber entendido esos síntomas, o pura demagogia. La crisis de ausencia consiste en que como bien indicas el afectado tiene unas convulsiones o episodio de mirada fija que duran un poco de tiempo, tras lo cual el niño se recupera TOTALMENTE, y eso de daños cerebrales nada de nada. El niño no queda "tarado" de ninguna manera. Lo que pasa que esos síntomas son muy aparatosos y pueden asustar a los padres.

    Así que finalmente hay que elegir entre quizás un día de susto (1 entre 14.000 es una probabilidad tan baja que ten por seguro que si jugaras a la lotería con ese porcentaje te morirías pobre después de haber jugado toda tu vida) o en cambio estar ahora en la piel de esos irresponsables padres homeopáticos de Olot viendo como tu hijo se debate entre la vida y la muerte y pensando que tu ignorancia quizás le acabe matando.

    Así que como bien dices " Ustedes juzguen si vacunar les compensa el riesgo a sus hijos."

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  8. Hola.
    No, la decisión de no vacunar no les arrebata a los niños el derecho sanitario: todo lo contrario.
    Salvo excepciones, todos los padres que conozco, incluyéndome yo mismo, han decidido no vacunar a sus hijos precisamente en nombre de ese derecho, y considerando que son las vacunas las que atentan contra él.
    En segundo lugar, voy a añadir un motivo a los tres que comentas: el mío -que lo es de un buen número de padres y madres que conozco.
    Mi posición contra las vacunas es consecuencia de más de veinte años de aprendizaje y reflexión.
    Se trata de una posición radical, de raíz que parte del concepto de salud en el que se apoyan, básicamente la teoría microbiana de la enfermedad y la idea de inmunidad.
    La primera no ha sido demostrada jamás y la segunda está ampliamente superada hace décadas.
    De hecho los descubrimientos en campos como la inmunología, la biología, la biología molecular, la biología de la evolución y otros aportan elementos para otra concepción de la salud y de la enfermedad en las que las vacunas simplemente no tienen cabida alguna, y explican que por el contrario sí tengan muchos problemas y peligros.
    Desde ese ángulo, es precisamente vacunar lo que se convierte en "maltrato" o en una actuación irresponsable, favorecida eso sí por la falta de información independiente y crítica que los poderes públicos ofrecen a la ciudadanía.

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  9. Jesús

    Nunca dejaré de sorprenderme de la prepotente ignorancia de gente como tú, ¿eres inmunólogo?¿eres epidemiólogo? seguro que no, porque si no estarías pregonando a los cuatro vientos tu criminal estulticia. Para tu información, prepotente iletrado, la Teoría Microbiana de la Enfermedad está tan asentada como la de Relatividad o como las ley de la Gravedad o del Electromagnetismo.

    ¿Cuando viajas en avión cuestionas las decisiones del piloto? seguro que no, entonces ¿por qué narices en un tema mucho más complejo y que puede matar a millones de personas te crees más capacitado que miles de investigadores de todo el mundo que se han dejado la piel para salvar vidas tan inútiles como la tuya?

    Desgraciadamente no eres más que otro ignorante semianalfabeto científico que debería estar en la cárcel por poner en peligro la vida de tus hijos. Sólo espero que esos pobres críos tengan más suerte que el pobre chiquillo de Olot y no acaben pagando por la debilidad mental de un cateto ignorante y prepotente como tú.

    Finalmente la pena es que a ti no te podamos eliminar las vacunas que muy probable y juiciosamente permitieron tus padres que te administraran y después de pasar una temporadita con esos virus y bacterias a los que desprecias tan ignorantemente volvieras por aquí a explicarnos para que narices te han servido esos "veinte años de aprendizaje y reflexión" cuando tuvieras un pie en la tumba.

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  10. Jesús

    Claro que sólo hay que ver la estafa de un blog como el tuyo, abonado a todas las conspiranoias médicas. Por cierto la estupidez esa tuya de

    "Este blog se ha declarado Territorio libre del MONTAJE SIDA"

    es antológica ¿ello significa que "piensas" (bueno es un decir) que el VIH no existe? Si es así podrías compartir un par de jeringuillas con algunos yonquis que seguro que no te pasa nada. Aunque cuando, estimado analfabeto científico, desarrolles SIDA nada de antirretrovirales (que son una estafa de la farmamafia), te lo curas con zumo de frutas y medicina holística y luego nos cuentas.

    Y ya lo de la vergüenza de tu "libro" diseminando patrañas contras las vacunas, imagino que por un módico precio que pagarán pobres ignorantes a los que no sólo estafas sino que acabas poniendo su vida en peligro, es de juzgado de guardia.

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  11. Vaya, qué desilusión. Otro censor sin argumentos...
    J

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  12. "Vaya, qué desilusión. Otro censor sin argumentos..."

    Es lo que dicen todos los delincuentes cuando se les destapa la estafa.

    Nunca dejaré de sorprenderme del poder de internet, capaz de conseguir que un miserable embaucador, ignorante, prepotente e idiotizado como tú se permita el lujo de ir por ahí pregonando estupideces que casi sobrepasan el límite de la legalidad y encima riendo. Pienso que te pasa como a las hienas, que se regocijan en la mierda y aún así hacen como que se ríen. Pero tu bien sabes en el fondo (si es que te queda algo de decencia) que únicamente estás engañando a los pobres desgraciados más ignorantes de esta nuestra tan particular especie.

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  13. Debatir con antivacunas es como debatir con creacionistas, da igual los argumentos científicos que les presente. Ellos al final erre que erre con su estúpida y también peligrosa creencia. Quizás algún día se os debería dar total libertad de antivacunación, eso sí en un lugar muy remoto y alejado al máximo de la civilización a ver cuánto durabais vivos, porque ibais a ser el festín de esos patógenos que tan ignorantemente despreciáis.

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  14. http://aattp.org/hey-anti-vaxxers-nyc-court-rules-parents-dont-have-the-right-to-send-unvaccinated-children-to-school/

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