Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.

No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.


PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.

Red Atea

Red de blogs AteosMagufos, Blogs de escepticismo y ciencia

Buscar este blog

23 de diciembre de 2013

Creyentes ofendidos

Una de las acusaciones más habituales que los creyentes suelen hacer es que los ateos les tratamos con condescendencia cuando no con desprecio y que enseguida que se aborda el tema religioso les etiquetamos de ignorantes y de crédulos. Ahora bien, quisiera hacer un pequeño ejercicio mental con los creyentes que de vez en cuando visitan este blog sobre este asunto.

Estimado creyente, imagine usted que un sábado en plena siesta estival llaman a su puerta y al abrir se encuentra con un individuo que dice que el mundo está en peligro porque unos extraterrestres reptilianos están dominando las mentes y los cuerpos de sus vecinos y que tiene pruebas de que el presidente y todo el gobierno han sido ya manipulados por estas oscuras fuerzas de más allá de nuestra galaxia. ¿usted que pensaría?¿le daría usted a este individuo algún crédito o simplemente le daría con la puerta en las narices?¿intentaría razonar con él o ante su insistencia llamaría usted a la policía o quizás a los servicios sociales para que se hicieran cargo de su evidente trastorno mental?

Imagine que luego, el lunes acude usted a su banco y resulta que ese mismo individuo es el nuevo director de su sucursal bancaria. O bien recibe usted una notificación del colegio, en donde se le comunica que el nuevo tutor de su hijo desea hablar con usted y al llegar a la escuela descubre con sorpresa que el alucinado individuo de la conspiración reptiliana es el nuevo profesor. ¿Le merecería alguna confianza profesional este individuo? ¿O simplemente cancelaría todas tus cuentas en ese banco o cambiaría de colegio a su hijo por mera (y por otra parte muy razonable) precaución paterna?

Entonces estimado creyente ¿porqué se habría de tratar de forma diferente a un cienciólogo que dice que un extraterrestre le ordena comerse la placenta que ha envuelto a su hijo recién nacido, a un católico que va tras la imagen sanguinolenta de un torturado hace dos mil años arrastrando cadenas descalzo mientras se azota inmisericordemente para expiar sus pecados, a un judío que necesita mutilar un trozo de pene de su vástago para complacer a su iracundo dios, a un musulmán que opina que puede lapidar a su esposa si sospecha que ésta le es infiel porque muy seguramente cuando llegue al paraíso tendrá docenas de vírgenes para su disfrute personal, a un hinduista que casi se saca los ojos de las cuencas con diferentes objetos de metal afilados en honor de alguno de sus innumerables dioses, o a cualquiera de los innumerables creyentes en cada una de las absurdas e irracionales religiones que la fértil imaginación humana ha ido inventando a lo largo de los siglos?

A estas alturas del siglo XXI parece que ya es hora de llamar a las cosas por su nombre sin tapujos y empezar a considerar la religión simplemente como lo que es, una mera alucinación colectiva necesitada de tratamiento psiquiátrico. Por supuesto, ello sólo es necesario en el caso de aquellos creyentes que creen de verdad a pie juntillas sus absurdos libros sagrados, porque en realidad la gran mayoría de los que se denominan personas religiosas usan esa superstición como excusa, ya que ellos saben a ciencia cierta que lo que les cuenta el sotanado de turno es más falso que un billete de 6 euros.


13 comentarios:

  1. La palabra “religión” viene Del latín “religio”, formada con el prefijo “re”(intensidad), el verbo “ligare” (ligar o amarrar) y el sufijo “-ión” (acción, efecto). Entonces “religión” significa acción de ligar, unir.
    Las dichas “religiones organizadas”, no deberían ser llamadas de religión, ya que, al contrario de unir, son separatistas.
    La única forma de llegar a unir a los seres humanos, es por medio de la verdad. El hecho de sabernos lo que somos y lo que es. Y la verdad sólo puede ser encontrada por la capacidad de usar la inteligencia. Y lo que nos deja más cerca de la inteligencia es el conocimiento, junto con la comprensión.
    La palabra “demonio”, proviene del griego “daimon”, que según estos, sería una especie de “espíritu” que presenta una naturaleza entre la mortal y la divina, inspirando o aconsejando los humanos. En algunos tratados sobre etimología puede verse como el “genio” humano. La palabra “daimon”, fue llevada para el Latín como Ciencia (según algunos etimologistas).
    Para las mal llamadas religiones, el genio humano, nuestros demonios, aquella parte que nos hace pensar, entre lo humano y lo “divino”; que nos hace criar ideas, y que conseguimos comprender conscientemente (con ciencia), es la única cosa que nos puede unir como seres humanos; por saber que somos compuestos por los mismos átomos; con la misma capacidad de usarnos la inteligencia; que vivimos en esta nave espacial minúscula a velocidades astronómicas; que somos parte de esta grandiosa energía llamada vida; siendo nosotros simples eslabones de conexión entre el pasado y el posible futuro de las posibles futuras generaciones. Viendo la vida como un privilegio, humildemente, podríamos observar la realidad, en vez de fantasear con fantasmas poderosos y estúpidos.
    La única cosa que nos puede unir es la Ciencia. La única Religión existente es la Ciencia.

    ResponderEliminar
  2. Recomiendo el siguiente programa de Salvados:
    http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-7/capitulo-9-aconfesionalidad-espaola_2013122000229.html

    ResponderEliminar
  3. Antes de expresarme, me gustaría de que quede claro el significado de las palabras: “estúpido”, “ignorante” y “necio”.
    Estúpido es: que o aquello que denota estupidez, que o lo que revela ausencia de inteligencia.
    Ignorante es: que desconoce la existencia de algo; que no está al par de alguna cosa.
    Necio es: que o aquel que es desprovisto de conocimiento, de discernimiento. Incapaz. Inepto.
    Entonces cuando habladas estas palabras, resultaría desagradable de que sean mal interpretadas, en el sentido de que no están siendo utilizadas de forma peyorativa. No estamos intentando insultar a nadie cuando nos referimos a un estúpido, sino que estamos afirmando que no está utilizando la inteligencia. De esta misma forma, la palabra ignorante no es por falta de respeto sino que determina que esta persona ignora alguna cuestión. Y necio es que no está discerniendo o que no está apto para comprender.
    Entonces ¿por qué platicamos con personas estúpidas, ignorantes y necias? Porque no podemos comprender como, personas que existen en el siglo XXI, no tengan la capacidad de comprender la realidad, ya que somos todos iguales. Nosotros, los que pensamos de forma científica, vemos con horror que personas vivas en este siglo, con toda la capacidad de información y conocimiento de esta época, todavía discutan y defiendan ilusiones fantásticas provocadas por miedo ignorante de la edad de la piedra, como si fuesen realidades que tenemos que aceptar sin discusión, sin evidencias, solo por miedo tradicional. Nacemos ignorantes, pero no por eso debemos morir ignorantes. Nos asusta ver personas que afirman cosas que ellos mismos no pueden sustentar porque no pueden comprobar y en el fondo más profundo, algunos consiguen sentir una cierta desconfianza, pero tienen miedo de aceptarlo. Vivir con miedo, no es vivir. Tenemos la capacidad de entender lo desconocido. Y eso es lo que nos motiva; el hecho de no saber todo; y si saber que tenemos la capacidad de averiguarlo.
    Bienaventurados los científicos porque de ellos es el reino de la verdad.

    ResponderEliminar
  4. Gerardo

    Desgraciadamente en este mundo del siglo XXI hemos perdido la batalla. Los creyentes han conseguido inmunidad “mental” de tal forma que cualquiera de sus alucinadas reflexiones deben ser consideradas con “respeto”, aún cuando no sean más que una absurda sarta de incongruencias y locuras. Sólo espero que algún día la psiquiatría trate adecuadamente este tipo de enfermedad mental.

    ResponderEliminar
  5. Fue dicho por la ONU, que existen pocas personas lúcidas en el mundo.
    La lucidez (de luz, de ver claramente) o clarividencia (de tener una clara visión), o iluminación (o Buda, que quiere decir “iluminado” o aquel que consigue ver con su propia luz), es un problema de todos los tiempos.
    Ese sentimiento piadoso de simpatía para con la tragedia personal de otro, que nos torna humanos, si lo ves como una batalla, vas a sufrir mucho. Nacimos ignorantes y despertamos, porque de alguna forma no pudimos aceptar tanta estupidez y falta de discernimiento. Esto me trae a la memoria la alegoría de la caverna de Platón. Tú, como algunos pocos, te diste vuelta hacia la luz y conseguiste salir de la caverna. Solo que, como humano, llamas la atención de los que están encadenados, pero ellos te ven como una sombra a más, y diciéndote que no es posible eso, porque los padres de los padres y los padres de estos siempre fueron así. Y todos dicen que eres loco, que estás ofuscado por la luz, y que posiblemente deberías dejar de existir.
    Las personas lúcidas son las únicas personas que pudieron, pueden y podrán hacer algo por la humanidad. El resto es una repetición estúpida de la ignorancia. ¿Qué sería de los filósofos, o los grandes científicos del pasado y del presente, si pensasen que no valdría la pena deliberar en resolver los problemas mundanos porque en su mayoría las personas son ignorantes?. Gracias a ellos y a nosotros es que van a aparecer nuevas comprensiones. Tú estás en el camino de la sabiduría. No existe otro camino. No precisas de mil fósforos para encender mil velas; solo precisas de uno, ya que con este enciendes una vela, y con esta las demás. No te incomodes con alguien que odie la comprensión, y quiere que seas igual a él. Tú le extiendes la mano para salir del pozo, y él se niega a que lo ayudes porque espera que el fantasma judío lo haga. Y el sentimiento de piedad humana que tienes, te cobra por no haberlo ayudado y te adviene el sentimiento de frustración. Como ellos mismos dicen: dejad que los muertos entierren a sus muertos.
    Por favor, no dejes de ser lo que eres. Pero también no esperes recompensa. Porque la única recompensa, si existir, en nuestras vidas, es la posibilidad de en algunos pocos momentos alguien se ilumine y consiga andar con sus propios pies en libertad. Como decía Plutarco: “la mente no es una vasija para ser llenada, sino un fuego para ser encendido”.
    Solo tengo que agradecer por este sitio en la internet, y espero que tú “vela” no se apague nunca.
    Grande abrazo…

    ResponderEliminar

  6. Los que confían en una vida eterna al lado de su dios deberían estar ansiosos por morir cuanto antes. No veo que ese tipo de personas sea numeroso, así que me inclino a pensar que no hay tantos creyentes como dicen las estadísticas.

    Gracias, Ateo, por estar ahí todos los días.

    ResponderEliminar
  7. ¿Te has planteado acudir al psiquiatra? tu oposición hacia el cristianismo , Biblia y Dios resulta ser ya muy enfermizo. Pero no te culpo, solo un ciego que además se congratula de serlo, obviaria las evidencias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. sobre el tema de las evidencias... está claro que soy ciego pero no me congratulo de serlo... Entiendo que, siendo tu una persona de fe y espiritual, puedo preguntarte cuales son estas evidencias? gracias

      Eliminar
  8. Pteros

    Muy típico de los cristianos, culpar de vuestros defectos a quien muestra vuestra enfermedad mental. Son los cristianos los que deberían ser tratados por los psiquiatras de sus alucinaciones y su enfermiza obsesión por el pecado y el sexo.

    ResponderEliminar
  9. El psiquiatra lo mandará a un psicólogo, porque no va a ver ninguna perturbación fisiológica. Y el psicólogo le dirá lo que dijo Freud, posiblemente, como:
    “la creencia en dios subsiste debido al deseo de un padre protector e inmortalidad, o como un opio contra la miseria y el sufrimiento de la existencia humana”
    O: “la religión es comparable con una neurosis de la infancia”.
    O: “ni los demonios ni los dioses existen, son todos productos de las actividades psíquicas del hombre”.
    O: “un hombre que está libre de la religión tiene una oportunidad mejor de vivir una vida más normal y completa”, y lo dejará irse, con una palmada en la espalda, y sin cobrarle…

    ResponderEliminar
  10. Pteros siente que le vapulean su zona de comfort jajajaja...

    ResponderEliminar
  11. Gerardo me gusto tu forma de ver la manera en que podriamos encender el fuego en estos tantos "credulos", pero si bien esta demostrado que la inculcacion en la infancia de estas ideas fantasiosas, hacen que perdure en el individuo una vez sea adulto, ¿que hace que unos cuantos saemos capaces de desprendernos de ellas y que sin embargo otros no vean ni un solo resquicio de luz en sus alucinaciones?¿es algun tipo de minusvalia quimica en su cerebro?

    ResponderEliminar
  12. Vale AlonsoQ. Mucha gente cree por tradición y otros por moda. Sabes que nadie nace creyente. El problema de desprenderse es tan simple como acabar con la imagen de Papá Noel. La necesidad de entender seriamente la realidad es el gatillo del despertar. Cuando estas personas afirman algo que no pueden demostrar, hablan de alucinaciones propias y colectivas, la plática termina yendo para el lado de la locura. Viven en una ilusión constante con pequeños mínimos lapsos de inteligencia. No tienen por qué explicar lo que piensan y por ende, no tienen idea de por qué piensan ni para qué. Abren la boca para vomitar estupideces sin sentido, basados en una alucinación psicótica. Lo veo como la materia al encuentro de la antimateria. De la misma forma lo racional al encuentro de lo irracional. Lamentablemente para el mundo, el tomar conciencia de la realidad es algo particular. Nadie puede ser obligado a despertar. Tener la capacidad de ver la realidad es haber dejado de lado la ilusión.
    Ayer me enteré que hay gente que cree que el planeta Tierra no gira. Que el Sol no es una estrella. Que existe un complot de los científicos para engañarnos con esas mentiras. ¿Entiendes? ¿Sientes en tu corazón una cierta angustia cuando escuchas algo de esto?. Eso se llama compasión. Y en el fondo de tu corazón te gustaría que la persona despertase, pero ella no quiere.
    Sinceramente somos afortunados por tenernos la capacidad de entender y no dependernos de alucinaciones para imaginar bienestar.
    Y “entender” en presente activo. No “entendí” ni “entenderé”. Es entender, contantemente. Con el flujo de la vida.
    Con respecto a la minusvalía química, te afirmo que con el tiempo, el cerebro se “petrifica”. Es como si el camino de conexión entre las neuronas no pudiese corregirse más. Pero eso sucede con personas de edad avanzada.
    El despertar, cuanto más temprano mejor.

    ResponderEliminar